La poesía según...

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Roberto Juarroz: “El poema es una corbata que me anudo. El poema es algo que ya no me puedo sacar de encima, porque el poema es un acto de vida: sucede. Una experiencia tan concreta como hacer el amor, porque es el extremo del lenguaje humano”.



Jorge Boccanera: “La poesía es resbalosa. Aun cuando haya mucho para decir, hay que encontrar la respiración para decirlo y no siempre se presenta”.



Jorge Luis Borges: “La poesía nace del lenguaje, pues cada lenguaje es una manera de sentir el mundo. Cada lenguaje es una literatura posible, incluso si no llega a serlo”.
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La fuga (Praia de Jureré)

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Hoy comencé otra vez a planear la fuga. Una ocasión más en la que tengo todo dispuesto: el ánimo necesario; mi alma miserable reposando sobre la arena blanda; el mar, tranquilo, perdiéndose en lo morros, y los morros hundiéndose en el mar; un horizonte distante, apenas intuido... Y mucho más lejos, sobre otra arena blanda, mi alma miserable y un nuevo plan de fuga..

Agustín Gribodo

La novela según...

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Jorge Luis Borges: “Hay temas que exigen una novela; esos temas no me han visitado. No creo que escriba una novela...; he leído pocas novelas”.



César Aira: “Trato de escribir novelas como todas las buenas novelas. Pero me salen estas cosas raras y no puedo evitarlo”.



Ana María Shua: “Con una novela uno invierte una cantidad grande de tiempo y energía, años enteros de trabajo, en algo que hasta último momento no sabe si va a tener algún valor literario. Cuando veo esas escenas de películas berretas en las que el escritor enloquecido agarra la máquina de escribir y la tira por la ventana porque no se le ocurre nada, siempre me digo: ése es un novelista, seguro que no es un cuentista. Seguramente, uno que se quedó atascado después de un año y medio de trabajar en la novela”.
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El más pintado... Gabriel García Márquez

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"Por primera vez he visto un cadáver. Es miércoles, pero siento como si fuera domingo porque no he ido a la escuela y me han puesto este vestido de pana verde que me aprieta en alguna parte. De la mano de mamá, siguiendo a mi abuelo que tantea con el bastón a cada paso para no tropezar con las cosas (no ve bien en la penumbra, y cojea) he pasado frente al espejo de la sala y me he visto de cuerpo entero, vestido de verde y con este blanco lazo almidonado que me aprieta a un lado del cuello. Me he visto en la redonda luna manchada y he pensado: Ese soy yo, como si hoy fuera domingo."
Así comienza el capítulo inicial de La hojarasca, primera novela de Gabriel García Márquez. Siete años tardó su autor en encontrar editor, hasta que finalmente se publicó en 1955.
Todos los eventos de esta novela corta tienen lugar en una habitación. Es la historia de un viejo coronel que intenta dar una cristiana sepultura a un médico francés odiado por todo el pueblo. La narración parte de las perspectivas de tres generaciones de una familia (padre, hija y nieto) ante la muerte de un hombre impopular.
Más allá de la trama, esta novela es conocida por mostrar por primera vez Macondo, el pueblo ficticio hecho famoso en Cien años de soledad. Sin duda, La hojarasca fue el terreno de prueba para muchos de los temas y personajes inmortalizados por García Márquez en la maravillosa saga de los Buendía, desarrollada en el no menos sorprendente Macondo.
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El Medio retrato de Gabriel García Márquez es obra de Franck de Las Mercedes, joven pintor nicaragüense radicado en Estados Unidos. Con pinturas abstractas y retratos que recuerdan el pop art, Franck ha logrado llamar la atención del ambiente artístico mundial. Con un solo clic podés acceder a su página web. Imperdible.
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La escritura según...

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Luisa Valenzuela: “No sabemos quiénes somos, a dónde vamos, de dónde venimos. Estamos siempre con las preguntas filosóficas y ontológicas básicas. Bueno, ésa es la escritura: un intento de entender lo incomprensible. Lo por siempre incomprensible”.



Eduardo Galeano: “Hay una responsabilidad en el oficio de escribir que no depende de si se escribe un artículo, una canción, un guión, una novela, sino del hecho de que esas palabras, si se imprimen, se dirigen a otros e influyen en otros”.



Juan Rulfo: “Todo escritor que crea, es un mentiroso. La literatura es mentira, pero de esa mentira sale una recreación de la realidad. Recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación”.



Héctor Tizón: “Un escritor no debe tener apremios económicos ni apuros. El ritmo de la escritura debe ser casi biológico, como el de la circulación de la sangre. Escribir debe ser una función armónica. El apuro puede lograr fines no queridos; es lo mismo que hacer el amor de prisa, eso es una barbaridad”.
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La metáfora de la poesía


. . . No descubrirá nada nuevo quien diga que la metáfora es la materia prima de la poesía. Desde siempre, el poeta procuró darles otro nombre a las cosas, otra forma. Un impulso creador lo empuja a renombrar el mundo que lo rodea. Y todo poeta que se precie intentará definir, como una especie de bautismo permanente, eso que algunos denominan oficio, es decir, su pasión por la metáfora.
. . . Pasó mucho tiempo desde que Gustavo Adolfo Bécquer instituyera el clásico “poesía eres tú”. Sin embargo, los esfuerzos por encontrar la imagen adecuada se suceden... Al fin de cuentas, la metáfora de la poesía es quizás el único modo de definir a los poetas.
. . . Estos son unos pocos ejemplos que he ido rescatando de autores de la zona oeste del Gran Buenos Aires:


Asedia intermitente la ventana
el farol que cuelga en la
vereda.
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Entran y salen fantasmas
. . . . . . . . en mi cuarto.
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Escriben el poema.
Yo dormito.
. . . .. .. . . .. .. . .Antonio Aliberti
(1938 – 2000) autor, entre otros libros, de Tráfico,
Lejanas hogueras, Límites posibles
y Todos recordaron a Casandra.


De una palabra nacen otras,
de un día nacen soles diferentes.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Alberto Luis Ponzo
(1916) publicó Canto en la arena,
A puertas abiertas, Obra en construcción
y Ejercicios provisorios, entre muchos otros.


Pasar la lengua por las mejillas de la luna
abrazándola con el ritmo de un baile.
La música soy yo.
. . . . . . . . . . . . . . . .Jorge Luis López Aguilar
(1950) tiene en su haber los libros El hombre del bar,
El sueño de los cantores y Cantor secreto.


Esa palabra ahogada de impurezas
hoy despliega su inusual tartamudez y
añade un poco de sal a mi silencio.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .Eduardo Espósito
(1956) autor de El niño que jugaba a ser Rayo,
Violín en bolsa, Una novia para King Kong
y el reciente Quilombario.
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El cuento según...

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Mempo Giardinelli: “La sutileza es uno de los méritos de todo buen cuento. Y me parece importante que la sutileza se trabaje, se eduque, sobre todo en estos tiempos en los que vivimos tan saturados de obviedades, lugares comunes, falsificaciones e irracionalidad”.



Adolfo Bioy Casares: “Aprendí a pensar en cuentos, y si bien no estoy satisfecho con mis dotes, puedo decir que eso me llevó también a dominar mi capacidad de atención y mantenerla”.



Ana María Shua: “En un cuento algo queda expuesto, revelado (pero nunca develado), algo que no es posible expresar de otro modo, porque si lo fuera, escribiríamos un ensayo y no una ficción”.
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El más pintado... Octavio Paz

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Se inventó una cara.
. . . . . . . . . . . . . . Detrás de ella
vivió
murió y resucitó
muchas veces.
. . . . . . . . . . . . . . Su cara
hoy
tiene las arrugas de esa cara.
Sus arrugas no tienen cara.

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No sé si la poesía encontró la imagen o fue al revés. Sólo sé que este poema de Octavio Paz, titulado El otro, tiene mucho de los espejos y vacíos que hay en el trabajo de Roberto Giusti, fotógrafo de la ciudad de Paraná, en la provincia argentina de Entre Ríos.
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Octavio Paz (marzo de 1914 – abril de 1998), poeta, escritor, ensayista y diplomático mejicano, puede ser considerado con justicia hacedor de una de las mejores obras poéticas de Hispanoamérica, coronada en 1990 con el Nobel de Literatura.
La poesía de Paz recorrió el neomodernismo en sus comienzos para desembocar posteriormente en el existencialismo; en ese paso también abordó el surrealismo. El otro pertenece al libro Ladera Este, de 1969. Cliqueando aquí se puede conocer más de esta formidable obra.
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Por su parte, Roberto Giusti es el creador de una técnica propia que él denomina pixelismofotográfico, la cual consiste en la combinación de diversos programas para llegar a imágenes de una expresiva y cautivante belleza. Esta obra pertenece a la serie Esfumados. Otros trabajos suyos, así como información acerca de su labor, están a sólo un clic de distancia.
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Tertulia

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Jean-Paul Sartre: “La mayoría de los críticos son hombres que no han tenido suerte y que, en el momento en que estaban en los lindes de la desesperación, encontraron un modesto y tranquilo trabajo de guardián de cementerios”.



Jorge Boccanera: “A la buena literatura no la daña la mala literatura, como al buen fútbol no lo daña el mal fútbol. El asunto sería, en todo caso, de proporciones”.



Hugo Mujica: “Para mí la obsesión es el instante de oro en el que algo no era y toma voz. Y me parece que además esa obsesión es porque el instante creador, que es el poético, es el instante de la existencia donde yo alguna vez no fui y de repente aparecí”.



César Aira: “El lenguaje que usamos habitualmente pertenece al plano comunicativo. Ahora, si le metemos una rareza, eso empieza a ser literario. Si todo es rareza, es literatura en estado puro”.



Adolfo Bioy Casares: “Hago muchísimas correcciones, y no me gustan los reportajes porque llevan a la publicación de borradores, y mis borradores son malos, lo sé. Alguien dijo alguna vez: «Denme un borrador y podré escribir un buen libro». Creo en eso”.
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El estilo literario y la oscuridad

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por Agustín Gribodo


. . . En uno de sus libros, Ernesto Sabato apuntó que un buen escritor expresa grandes cosas con pequeñas palabras y que, por el contrario, un mal escritor dice cosas insignificantes con palabras grandiosas. En el mismo sentido puede ser tomada la recomendación de Horacio Quiroga cuando, en su Decálogo del cuentista, señala que si se quiere decir que “desde el río soplaba un viento frío”, lo mejor es hacerlo con esos términos, pues no hay en lengua humana más palabras que ésas para expresar con exactitud tal circunstancia.

. . . Ambos, Sabato y Quiroga, exponen dos rasgos de la escritura que muchos lectores agradecen: precisión y economía. Nadie en su sano juicio sería capaz de negar estas dos condiciones esenciales de la buena literatura en, por ejemplo, la obra de Jorge Luis Borges. Donde un poeta menor escribiría “la rosa imposible de alcanzar”, él escribe “la rosa inalcanzable”. Donde un narrador común necesitaría de al menos una carilla para describir la extraña sensación de haber visto el Aleph; Borges (el personaje de la narración), luego de haber presenciado el torbellino del universo, “el inconcebible universo”, simplemente piensa: “En la calle, en las escaleras de Constitución, en el subterráneo, me parecieron familiares todas las caras. Temí que no quedara una sola capaz de sorprenderme...”. Sin duda, eso es precisión y economía.

. . . En el periodismo, hermano menor de la literatura, nos encontramos con una situación similar. Cuántas veces leemos columnas políticas o editoriales de una prosa enrevesada, ardua, sinuosa. Los admiradores de este estilo “culturoso” piensan que el verdadero mensaje hay que saber leerlo entre líneas. A otros, en cambio, les queda la impresión de que en muchas de esas tortuosas columnas no se quiere decir nada o, en el peor de los casos, no hay nada que decir.

. . . En este punto, algunos escritores y periodistas tienen algo en común: creen que si no pueden ser claros, hay que ser definitivamente oscuros. Quizá su mediocre lógica los hace pensar que si los lectores no los entienden es porque poseen una estatura intelectual inferior. Por suerte, se puede echar mano a la relectura de artículos de Osvaldo Soriano, Tomás Eloy Martínez y Gabriel García Márquez, entre otros. De ese sano ejercicio surge la certeza de que en todo buen periodista hay por lo general un buen escritor.

. . . En el Curso de periodismo escrito, editado por Atlántida en el año 2005 y elaborado por Alfredo Serra y Edgardo Ritacco, hay un capítulo dedicado al estilo. En él se recomienda a los periodistas evitar el abuso de ciertas expresiones y frases hechas que enturbian la comprensión del texto. Esas construcciones pueden ser reemplazadas por otras con las que la lectura se vuelve más directa y ágil. Pues, dicen acertadamente Serra y Ritacco: cuando se escribe con claridad, el lector tiene una comprensión inmediata de lo que está leyendo.

. . .Entre los ejemplos que desaconseja el curso publicado por Atlántida está la rimbombante frase: lo que acontece en la vía pública. No está de más aclarar que un periodista y un escritor que se precien sólo se limitarían a decir: lo que pasa en la calle.
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