Diálogos: esas voces de la literatura

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. . . Un diálogo bien logrado define el carácter de los personajes. El modo y las palabras elegidas revelan no sólo la voz de quien habla, sino también las intenciones y los estados de ánimo. De ahí la importancia que adquiere su buen uso, que no siempre requiere la interacción verbal de dos personajes. Tampoco se trata de llenar líneas con verborragia hueca. A su vez la acción también es una forma de diálogo... Y al fin y al cabo, hasta el monólogo interior es comunicación en la que intervienen dos términos: por un lado, el personaje emisor y, por el otro, el mismo personaje u otro, o incluso el lector.
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Cuando se habla de las voces en una obra literaria, vienen a la memoria novelas y cuentos que son muestras acabadas de la destreza y la hondura de su autor. Son muchos los ejemplos que podrían citarse, e imagino que cada quien tiene los suyos. Entre mis preferidos aparecen como paradigmas Pedro Páramo, novela de Juan Rulfo, y Torito, cuento de Julio Cortázar.
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. . . Y para dar una claro ejemplo del buen empleo de este recurso puede leerse (debajo de estas líneas) Escena en movimiento, breve cuento de Mario Capasso en el que la voz y la acción son una unidad indisoluble, así como la síntesis perfecta del personaje en cuestión. Este escritor argentino nació en 1953 y reside en Villa Martelli, localidad del Gran Buenos Aires. Ha publicado, entre otros libros, El futuro es un tropel absurdo y Piedras heridas (cuentos), y El edificio (novela). Para conocer más de él, se puede ver su página web.
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. . . La pintura Calles de Nueva York, que ilustra esta entrada, pertenece al artista español Ernest Descals, nacido en 1956. Con un clic se puede saber más sobre él.
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Escena en Movimiento (de Mario Capasso)

Un hombre sube a un taxi, a poco de andar el taxista lo reconoce y se lo hace saber, que lo vio anoche, le dice, que en realidad lo ve todas las noches, y que nadie lo moleste a esa hora porque lo mata, que está muy bueno el programa, que lo ve desde que empezó, al principio porque le gustaba a su mujer pero luego él también se enganchó, que su personaje es, lejos, el mejor de todos, y está seguro que de un momento a otro va a descubrir que su madre no es su madre, que se va a casar con Elena finalmente, y que ese Garrido las va a pagar todas juntas, qué, cómo, ah, que Garrido es usted, no puedo creerlo, uh, qué chambón que soy, cómo pude confundirme si anoche vi el programa, en realidad lo veo todas las noches, largo el taxi y llego a casa y mientras como algo lo miro, se lo juro, muy bueno, che, muy bueno el programa, desde que empezó que lo vengo siguiendo, y estoy seguro que Daniel va a descubrir de un momento a otro que su madre no es su madre y que al final se va a casar con Elena, y van a ser muy felices, la pareja más feliz del mundo, mal que te pese a vos, Garrido, hijo de puta.

6 comentarios:

agnès dijo...

Ja ja, buenísimo este cuento de Monterroso. Ah, no es de Monterroso?
En serio: Muy bueno el breve cuento de Mario Capasso. Muy bueno el blog. Saludos.

diana poblet dijo...

Está bueno Mario Garrido.
: ) Buen cuento, Mario.
Con mi abrazo.

alicia-susana-gomez-bruzzone.blogspot.com dijo...

El mundo imaginario, apropiado por quien trasncurre sin vivir. Humor y sátira. para sehuir pensando...

Lolita dijo...

Muy interesante la exposición, y que decir de Torino o Pedro Páramo. En el primero Cortazar, en Pocas páginas nos da una lección de virtuosismo léxico pero también -y creo que en este caso al ser un relato corto es si cabe más complejo- crea un personaje entrañable. Y qué decir de Pedro Páramo. Los diálogos y monólogos interiores...desgarradores y también bellísimos y las magistrales interpolaciones que se producen entre los mismos configurando la estructura narrativa.
Muy buen ejemplo el cuento de Capasso y el cuadro me resulta muy apetecible. Me gustaría verlo.

Un abrazo.

Franck De Las Mercedes dijo...

Gracias por otra gran lección. Un abrazo

Unknown dijo...

Mucho me gustaron el minicuento y la ilustración. Albricias.