El más pintado... Gabriel García Márquez

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"Por primera vez he visto un cadáver. Es miércoles, pero siento como si fuera domingo porque no he ido a la escuela y me han puesto este vestido de pana verde que me aprieta en alguna parte. De la mano de mamá, siguiendo a mi abuelo que tantea con el bastón a cada paso para no tropezar con las cosas (no ve bien en la penumbra, y cojea) he pasado frente al espejo de la sala y me he visto de cuerpo entero, vestido de verde y con este blanco lazo almidonado que me aprieta a un lado del cuello. Me he visto en la redonda luna manchada y he pensado: Ese soy yo, como si hoy fuera domingo."
Así comienza el capítulo inicial de La hojarasca, primera novela de Gabriel García Márquez. Siete años tardó su autor en encontrar editor, hasta que finalmente se publicó en 1955.
Todos los eventos de esta novela corta tienen lugar en una habitación. Es la historia de un viejo coronel que intenta dar una cristiana sepultura a un médico francés odiado por todo el pueblo. La narración parte de las perspectivas de tres generaciones de una familia (padre, hija y nieto) ante la muerte de un hombre impopular.
Más allá de la trama, esta novela es conocida por mostrar por primera vez Macondo, el pueblo ficticio hecho famoso en Cien años de soledad. Sin duda, La hojarasca fue el terreno de prueba para muchos de los temas y personajes inmortalizados por García Márquez en la maravillosa saga de los Buendía, desarrollada en el no menos sorprendente Macondo.
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El Medio retrato de Gabriel García Márquez es obra de Franck de Las Mercedes, joven pintor nicaragüense radicado en Estados Unidos. Con pinturas abstractas y retratos que recuerdan el pop art, Franck ha logrado llamar la atención del ambiente artístico mundial. Con un solo clic podés acceder a su página web. Imperdible.
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3 comentarios:

EGO_SUM dijo...

Muy interesante y didáctica la introducción como siempre. La verdad es que me alegro muchísimo de conocer tu blog. Para mí ya es un manual de consulta indispensable.
Con respecto a la hojarasca aún no la leí (sí "crónica de una muerte anunciada" y "El coronel no tiene quien le escriba". Cada cual me gustó más). Curiosamente o no tanto (no lo sé), la mítica "Cien años de soledad", no fui capaz de terminarlo -y ya son dos las veces que lo intenté-. (Lo volveré a hacer).
Desde luego lo que no se puede discutir de este autor es su capacidad de inventiva y su maestría para generar imágenes.

También me gustó el retrato ( y en link del autor, aunque lo he visto muy rápidamente, tiene muy buena pinta.).
Un abrazo.

Agustín Gribodo dijo...

Como siempre, Ego-Sum, gracias por el comentario y el aporte al cambio de ideas. Las grandes novelas al estilo de Rayuela, Cien años de Soledad, Sobre Héroes y tumbas -de Sábato- están por lo general insertas en una época de transformación estructural de la novela (acompañada por cambios sociales). Fuera de ese contexto, con el paso del tiempo, esas mismas novelas no pueden ser vistas con los mismos ojos que alguna vez quedaron deslumbrados. Esto no resta méritos, simplemente es una manera de entender por qué Cien años de soledad, hoy, no tiene la misma eficacia. Con todo, sigue siendo una novela monumental y un hito en las letras latinoamericanas.
Un abrazo.

EGO_SUM dijo...

Agustin no niego la calidad de la novela, y menos la del escritor. Cuando cayó en mis manos sí tuve la sensación de que había algo que nunca antes había leído ( y en este sentido me refiero a la capacidad de describir personajes, lugares, ambientes con una facilidad "innata" y una riqueza de imágenes que nunca antes había leído en una novela-la prosa en muchos momentos se camufla de poesía- y, por otro lado también me sorprendió su estructura-o su falta de "apariencia estructural". Me sentí abrumado-. Pero pasada la mitad del libro me resultó un poco monótono o cansino (una fórmula un tanto parabólica o repetitiva). Quizás se deba a mi preferencia por la novela más breve o concisa. Como te comentaba antes el "Coronel no tiene quien le escribe", me parece una novela sublime. (de todos modos la volveré a retomar).
Un abrazo.